Usuario invitado
9 de octubre de 2021
Hemos vuelto a este hotel que tanto nos gustó hace un año. La habitación es cómoda y espaciosa (algo más pequeña que la última vez, que era enorme), silenciosa, con camas muy cómodas. La bañera de hidromasaje para relaj**** es un plus. Es edificio es precioso, con varios salones señoriales cómodos y tranquilos. El desayuno, buffet, ya es accesible directamente (el año pasado te lo servían por el Covid-19) y es supercompleto, con variedad de cafés, tés y zumos, aguas, panes diversos, embutidos y quesos, yogures, cakes y pasteles (los de Belém son riquísimos), huevos revueltos, bacon y salchichas, frutas y macedonias, etc., todo exquisito. El personal de recepción, al contrario que otras opiniones, ha sido amable. El precio, para todos los servicios y para ser un 4 estrellas, es imbatible. La única pega es que el parking del hotel es pequeño y puede que no haya sitio, siendo difícil aparcar en la zona, al ser el centro y estar cerca de la catedral, museo, oficiona de turismo, etc. Está cerca también de varios restauranes y bares, así como de las calles comerciales.