Usuario invitado
12 de agosto de 2023
El hotel más especial de Sri Lanka, donde cada detalle está cuidado. Desde que llegamos nos hicieron sentir como en casa, con un ritual de Purificación y luego un pequeño masaje. Te llevan a la habitación en buggy, ya que el recinto es enorme y puedes ir contemplando los arrozales y disfrutando de su fauna (está lleno de pavos reales). Las habitaciones son enormes, con salón independiente, una habitación súper amplia y un baño estupendo. La terraza con piscina privada es paz absoluta, entre naturaleza verde y el ruido de los animales. El desayuno súper completo y rico, y también el resto de la comida. Ofrecen un montón de actividades, donde recomendamos la Scenic drive para disfrutar de la naturaleza de los alrededores, y la cena Kamatha, que preparan en un lugar tradicional entre arrozales y donde pruebas más de 30 platos típicos de Sri Lanka a cada cual más delicioso. Tienes bicis incluidas en la habitación para poder recorrer el resort, y legar a la piscina común que es enorme, al gimnasio o al spa. Sin duda un paraíso en Sri Lanka