Verified traveler
13 de septiembre de 2021
El hotel está situado muy bien comunicado ( andando hasta el ayuntamiento unos 10 minutos) aunque no hace falta ya que, justo en la puerta están los tranvías. Al llegar te facilitan la travel card ( es una tarjeta que incluye el 50% en museos, transporte gratis, tranvías, autobús, excepto barcos o el barquito pequeño que está enganchado con un cable (no recuerdo el nombre, el trayecto solo es para cruzar el río y el precio es 1,60 francos por lo que cuesta merece la pena). Hasta la el hotel también existe la opción de ir gratis (el autobús 50 es el que te lleva hasta la ciudad y lo más cómodo es bajarte en la estación de tren SBB, con el justificante del hotel. La limpieza en el hotel es perfecta, cuarto de baño limpísimo tienen secador y hay gel y champú. Como cortesía te dan una cápsula por persona de café y una botella se agua. El trato de recepción la chica a sido muy simpática y agradable, también habla castellano y esto facilita comunicación. El restaurante nos a sorprendido gratamente el Chef Emilio tiene unas manos increíbles a parte que es una persona muy amable y servicial, es español y tengo que decir que nos a mimado mucho. No tengo ningún pero todo lo contrario, un trato muy familiar por parte del todo el personal, si tuviera que volver sin duda repetiría hotel por la ubicación, cercanía y conexiones pero sobre todo por el trato por parte de todo el personal, en especial del Chef Emilio